martes, 15 de octubre de 2013

“Un rato cantar quiero”… no, bastante más que un rato quiero cantar.


No sé si lo que les voy a platicar va a sonar como una especie de delirio entre cursi y hippie, pero hay versos, palabras, frases, que junto con las melodías que las convierten en canción, se sienten al cantarlas como un caramelo delicioso derritiéndose en la boca.

La prima vez que te vidí, de tus ojos m’enamorí, de aquél momento te amí, fin’a la tomba te amaré.

O como una brisa fresca y amorosa (si es que una brisa puede ser amorosa) que penetra por los poros y hace que nos invada la certeza absoluta de que aquello que estamos cantando es bello, perfecto. 

En la mar hay una torre, y en la torre una ventana y en la ventana una paloma que a los marineros llama.

No sucede tan frecuentemente, pero a mí me ha sucedido muchas veces y la sensación me es tan familiar que puedo cerrar los ojos y revivirla.

El sol, la luna, el alba y el lucero, los ejes de oro en que restriba el cielo; el día placentero bañado en lumbres bellas, lloviendo lumbre y gloria por el suelo.

No siempre es de gozo, pero cuando no lo es, la belleza de las palabras y las melodías es tan certera que hace que la tristeza que encierran se sienta como sabor en la boca, y en la piel, tangible, real, al cantarlas.

Llorando la ausencia del galán traidor la halla la luna y la deja el sol, añadiendo siempre pasión a pasión, memoria a memoria, dolor a dolor. Llorad, corazón, que tenéis razón… razón.

Y entonces sabemos que eso que estamos cantando ha permanecido – y permanecerá - porque es cierto, y es bello, y debe ser cantado, una vez, muchas veces.

Un rato cantar quiero, pues la ocasión y el tiempo se me ofrece; ser admitido espero, que mi intento por sí no desmerece; y comienzo mi canto, aunque fuera mejor llamarle llanto.

Y debe permanecer porque, sorprendentemente, a pesar de haber sido cantado tantas veces a lo largo de – incluso – siglos (¡!!), sigue estando lleno de verdad; es y seguirá siendo algo que debe ser dicho y cantado.

Ay linda amiga, si no puedo verte, cuerpo garrido que me lleva a la muerte.
No hay amor sin pena, pena sin dolor, ni dolor tan agudo como el del amor.




martes, 8 de octubre de 2013

Reporte desde el frente – de camino al Teatro de la Ciudad.




Normalmente los proyectos que tengo más en la cabeza son los de nueva creación – o recreación. Pero, como he venido platicando, hace unos meses, cuando me dí cuenta de que se avecinaba un aniversario importante – 20 años de un proyecto musical con 12 discos al hombro son algo dignos de respeto - también me di cuenta de que ese camino recorrido, y en particular el disco que marcó el inicio del camino, merecían ser revisados, revisitados, recordados, celebrados de varias maneras.  El disco, “Entre la pena y el gozo”, largamente agotado, debía regresar a los anaqueles de las tiendas para que aquellos que lo recordaban tanto y lo habían perdido o regalado pudieran poseerlo nuevamente.  Merecía ser descubierto por mucha, mucha gente.
Por otra parte, su música debía sonar en los escenarios nuevamente.
Y sonar junto con la que forma parte de mi vida musical actuál, con los sonidos que busco ahora y con los músicos que forman parte de esas búsquedas.  Y eso es lo que va a suceder dentro de unos días (¡ya!) en uno de los teatros más bellos y emblemáticos de la Ciudad de México, el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

Y hubo que mirar hacia atrás y pensar en cómo quería yo que sonaran esas canciones en este momento, pasadas por el tamiz de los caminos recorridos.
No es que fueran canciones lejanas a mí, porque varias nunca dejaron mi repertorio, y las otras están todavía ahí, a flor de los labios, muy fáciles de retomar.  Sorprendentemente fáciles de retomar, como si nunca se hubieran alejado. Igual de bellas y frescas, listas para sorprender y enamorar a los músicos con los que armé una nueva alineación para llevarlas al escenario, a quienes en los ensayos fui platicando la historia de estos cantos, en particular de los sefardíes, tan sencillos y tan perfectos, interpretados en ladino y centrales en la vida cotidiana de los judíos españoles, particularmente de las mujeres.  Al ser expulsados de España por el Edicto de Ávila en 1492, ellos se despidieron cantando de la tierra que los había acogido durante 15 siglos y en el exilio lograron preservar esta  sorprendente herencia musical a través de la tradición oral.  Así, por tradición oral y enriquecidas por el camino del exilio, estas canciones han llegado hasta nosotros, hasta mí, seguramente transformadas por las muchas bocas que las cantaron, pero conservando la riqueza melódica y lírica de la música creada en una España en la que se entrelazaron las culturas mora, cristiana y judía.  Y estas canciones, junto con algunas otras de la lírica española del Siglo XV son el corazón de “Entre la pena y el gozo”. Y un gozo y un reto está resultando el montaje del repertorio con mi nueva banda alterna.

Y tenía que elegir a mis cómplices escénicos. 
Una banda representativa de distintos momentos de mi viaje de 20 años.
Una mezcla de músicos que forman parte de mi equipo actual, de mis proyectos recientes, para los que el repertorio es casi todo nuevo, y músicos que forman parte de mi historia.  También una mezcla ecléctica de instrumentos, muy diferente de los que se usaron para la grabación original. 
Los convocados son:
Juan Castañón en guitarra eléctrica y Luis Javier Ochoa en la acústica, el primero titular de mi grupo actuál y el segundo un músico y amigo con quien he compartido muchos escenarios, viajes y proyectos; uno proveniente del free jazz y el otro de la música clásica y antigua.  Los dos talentosísimos. No se conocían pero desde el inicio entendieron lo que la música requería de los dos y de cada uno.  Luego está Nathalie Braux, en saxofones y clarinetes, también colaboradora y compañera de proyectos durante años y que ahora regresa a aportar su gran musicalidad e intuición a este repertorio.  En la importantísima sección rítmica están Luciano Sánchez, baterista actuál de mi grupo - muy joven, fresco, e impresionante músico - y  Héctor Aguilar, el carismático percusionista con quien durante unos 8 años compartí escenarios.  En el bajo debuta con nosotros Armando Vega.  Y les he ido explicando las canciones, entregándoles las letras y contando sus historias. ¡Y ya suenan! Y su brillo natural sale a relucir.  Son canciones nobles y generosas, que se dejan tomar y se dejan cantar.



Y como estamos hablando de una noche de celebración, será un enorme gusto tener en el escenario del Teatro de la Ciudad, haciendo sonar nuevamente esas canciones con nosotros, a alguien que fue mi principal cómplice en esa aventura hace veinte años, personaje fundamental en la búsqueda del sonido, de los arreglos, de la músicalización de textos y en la producción de ese discoy de otros muy importantes.  Alfredo Sánchez, quien me acompañó durante los 10 primeros años y 6 primeros discos de este viaje se subirá al escenario con nosotros para dar nueva vida a aquellas canciones.  ¡Gran fiesta, sin duda!

Además, la noche del 26 de octubre, en el Teatro de la Ciudad no serán las únicas que sonarán, porque también habrá de las nuevas, de las mías, para tender un puente entre aquél momento en el que decidí tomar el timón para hallar mi propio sonido y este momento, en el que estoy cantando mis propias palabras y construyendo mis propias músicas.  Y será una noche de gozo.
Que suenen las campanas de la celebración.




domingo, 29 de septiembre de 2013

A veinte años de “Entre la Pena y el Gozo”


“Entre la Pena y el Gozo”, mi primer proyecto discográfico como solista, fue editado en 1993 y ahora, veinte años después, regresa a los escenarios y a los estantes de las tiendas.  Este es un aniversario importante pues no solamente celebra el inicio de mi carrera solista sino que me permite volver a poner en las manos y en los oídos de mi público uno de los discos más significativos de mi discografía, y revisitar el repertorio que ha sido mi fuente de inspiración.
Para seguir con las campanas del festejo he pedido a uno de mis cómplices importantes en aquél lanzamiento que me ayude a recordar:


Corría el año 1993 cuando Jaramar irrumpió para fortuna de la escena musical de México con su álbum debut “Entre la Pena y el Gozo”. 

Yo dirigía el sello Grabaciones Lejos del Paraíso y recuerdo claramente haber sido cautivado al recibir aquel cassette en el que sonaban instrumentos y músicas antiguas que se entrelazaban con la voz de Jaramar.  Había una propuesta y frescura en el proyecto que no dejaba lugar a dudas de que teníamos por fortuna una nueva cantante en la escena mundial y además Mexicana. En paralelismos de tiempos, Madredeus iniciaba su carrera en Portugal y Jaramar en nuestro país.  Los temas de aquel cassette estaban casi listos para masterizarse y ser lanzados en CD ­– se iniciaba el adiós a los viniles.

En esos años había pocos MIXUP's, pero cuando mandamos el primer pedido a una sucursal ubicada en el sur del Distrito Federal, lo tocaron al aire y algo mágico ocurrió, se vendieron todas las copias en 2 días y empezaron los pedidos sorprendiendo a todos hasta escalar al primer lugar en ventas de la sección de World Music.  Ese fue el inicio de una relación entrañable y productiva entre la discografía de Jaramar y Grabaciones Lejos del Paraíso, quien sacó sus 3 primeros discos: “Entre la Pena y el Gozo”, “Fingir que Duermo” y “Si yo Nunca Muriera”. Ya para estas fechas habían arrancado las operaciones discográficas del sello hermano Opción Sónica, bajo el cual salieron sus 3 siguientes producciones : “Lenguas”, “A Flor de Tierra” y “Nadie Creerá el Incendio”. Muchas historias, muchos conciertos y sucesos alrededor de esta vital parte de la historia de Jaramar.

Con esta reedición y a 20 años de distancia, es un gozo enorme saber que esta certera colección de canciones podrá ser valorada por las nuevas generaciones, asegurando un continuum al proyecto de vida que Jaramar, persistentemente, al paso de sus 13 producciones y con una intuición  e inquietud artística incansables, ha esculpido dentro de la escena musical del mundo. Este reset es también una recarga emocional y sónica para aquel primer disco tan significativo en su carrera, que hoy a 20 años de distancia acumula muchos más gozos que penas, conduciéndonos cada vez más cerca que lejos del paraíso.

Que vengan muchos mas...

Edmundo Navas
Fundador de Grabaciones Lejos del Paraíso y Opción Sónica
Verano 2013



miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cuando veinte años sí son muchos.




Hace unos meses me dí cuenta de que a finales de este año se cumplirán veinte de la salida de mi primer disco como solista, es decir, del arranque de este viaje en el que yo he sido quien maneja el timón y que ya lleva una lista respetable de títulos discográficos y de muchas otras aventuras más.

“Entre la pena y el gozo” se llama aquella primera grabación en llevar mi nombre encabezando un proyecto musical. Fue el primer proyecto que yo podía sentir que me reflejaba mejor que cualquier otro de los que había formado parte hasta ese momento; al menos eso era lo que yo estaba intentando que sucediera.  Para lograrlo decidí partir del universo musical que había descubierto por un golpe de suerte y del cual me había enamorado desde la “primera cantada”: aquellas canciones antiguas españolas, que a pesar de haber sido compuestas hacía siglos estaban llenas de frescura y eran profundamente bellas, y que yo llevaba años cantando de manera paralela a los que habían sido mis “proyectos principales”.  Casi todas eran canciones de amor, por eso el título, ya que hablaban del amor en todos sus matices y colores.  Y también abundaban las canciones de origen sefardí, es decir aquellos maravillosos cantos de los judíos españoles transmitidos por tradición oral, principalmente de madres a hijas, y que los judíos se llevaron por el mundo después de su exilio de España…… cantos que en los siglos posteriores llegaron a México y dejaron sus versos plasmados en muchas canciones de la lírica popular.  Esas canciones cantadas en “ladino”, el español arcaico de los judíos sefardíes, de las que yo me había enamorado y con las que tenía yo una maravillosa y sorprendente afinidad – me gustaban y yo parecía gustarle a ellas…

“Puncha puncha, la rosa huele que el amor mucho duele, tú no naciste para mí, presto aléjate de mí
 “Por amar una donzella, de aquí d’este lugar. Ah, yo la amo, yo la quero, yo salí’n su buxquida”.
Y ya son veinte años de caminar, veinte años en los que al mismo tiempo que miro al frente tratando de que cada nuevo paso me lleve a explorar un territorio distinto, no dejo de voltear atrás, especialmente al momento de iniciar cada nuevo proyecto.  Miro atrás para nutrirme de la belleza y perfección de aquellos cantos que me inspiraron a arrancar el vuelo. Y cada vez que vuelvo a cantarlas, mi voz toca tierra. Es por todo esto que el descubrimiento maravilloso que fue hacer mías estas canciones y que tomó forma y color y se llamó “Entre la pena y el gozo” merece ser celebrado largamente, así que las campanas del festejo están empezando ya a sonar.

jueves, 15 de agosto de 2013

¿Y si me dedicara a algo que no fuera cantar?

                                Foto: Michel Amado Carpio


Hoy lancé una pregunta al aire en el facebook: ¿si dejara de cantar, de qué otra manera podría ganarme la vida? ¿Qué podría hacer que pudiera permitirme vivir de ello y ser feliz? Hay varias cosas para las que me considero buena y que disfruto hacer:  hago un pastel de manzana bastante exitoso entre mi familia, hago dibujos y pinturas (para nada tanto como debiera…), disfruto enormemente leer, me gusta preparar y tomar té, me gusta escribir y creo que no lo hago tan mal, también me gusta platicar con mis amigos.  Y algunas otras cosas más. Hubo bastantes comentarios del amable y generoso público que asiste al facebook, la gran mayoría insistía con bastante énfasis en que por ningún motivo debo dejar de cantar, algunos cuantos aplaudieron mi fantasía de abrir un negocito donde se comiera pastel de manzana y se tomara té mientras se lee y se platica… y tal vez de repente se canta – pero nadie, de verdad nadie, respondió a mi pregunta con una sugerencia de otra actividad de la cual pudiera yo vivir.  Tal vez mi pregunta no estaba adecuadamente formulada, pero yo tenía curiosidad de provocar sugerencias interesantes.

La verdad es que mi pregunta, medio ociosa y por divertirme un poco, tenía algo de  
fondo y verdad, porque en este oficio, que uno debe reiniciar y reinventar todos los días, de “construir un proyecto artístico que busque tener coherencia, consistencia, profundidad, honestidad, calidad, continuidad, crecimiento” y que además de todo eso VENDA – porque si uno hace todo lo anterior se debe dedicar de tiempo súper completo a ello y por lo tanto debe poder vivir de hacerlo, con todo lo que implica vivir -, hay muchos momentos en los que surge un gran deseo de dedicarse a algo más amable, dulce, fácil!! Como hacer pasteles.  Aunque esos luego habría que venderlos y ahí el asunto deja de ser amable, dulce y fácil. 

Debo aclarar que cuando digo que el trabajo artístico – musical, en mi caso - debe VENDER, a lo que me refiero es a tener conciertos llenos de gente que compró su boleto y que también compró nuestros discos; un público real, de carne y hueso que reciba lo que estamos ahí para entregar.  Seguramente ustedes que me leen piensan que este es un discurso ya muy repetido por los que andamos en esto y que suena solamente a una larga y amarga queja. Bueno... hay muchas veces en que sí es una amarga queja, como cuando estamos a punto de tirar la toalla porque acabamos quebrados después de haber producido un concierto al que no llegó ni de lejos el público que necesitábamos que asistiera – asunto sobre el cual hay que decir que invertimos una buena cantidad de tiempo de análisis, de revisión, de planeación, porque para nada vayan ustedes a creer que somos unos improvisados, ¿eh?  Pero luego algo extraño pasa y volvemos a sonreír y a inventar un nuevo proyecto y a componer canciones para un nuevo disco y nos damos cuenta de que no estamos solos, sino de que hay una bolita de gente dispuesta a volver a entrarle al nuevo proyecto y correr riesgos con nosotros.  Y entonces se nos quita el miedo.

Esa es otra cosa que creo que también sé hacer y de la que también creo que puedo hablar: lo que significa construir todos los días un proyecto artístico que se vuelve el motor de vida, permanentemente conectado con todas las otras partes de ella, que la explica, desde donde se hacen las preguntas y también se responden, desde el que construyen también otras edificaciones que albergan universos complementarios, desde donde podemos creer en nosotros mismos y en los demás, desde donde podemos inventar la vida de todas los días y ser mejores personas y amar sin perder la brújula.  Vivir, caramba.

Jaramar

PD – De cualquier manera se siguen aceptando sugerencias de actividades alternas y/o complementarias a las que pudiera yo dedicarme.

viernes, 3 de mayo de 2013

EL CINE ES UNA DE MIS PASIONES…. (LA CONTINUACIÓN)

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Hoy viernes 3 de mayo llegó la película CINCO DE MAYO LA BATALLA a los cines.  Imagino a la gente en las salas viéndola – espero que en cantidades numerosas – y me pregunto qué pensarán.  Seguramente habrá opiniones divididas, además hay mucho que ver, comentar y de lo cual opinar sobre esta película, la más cara y compleja  en la historia del cine mexicano. 

Hace unos meses platiqué aquí de esta película, conté la historia de cómo fui invitada por su director, Rafa Lara, a componer y cantar frente a las cámaras una canción para la secuencia que narra la noche anterior a la batalla en el campamento del ejército mexicano.  Así surgió “Flor de mis labios”, así empezó este viaje que ahora culmina al llegar la película a los cines y al público, simultáneamente en México y en Estados Unidos.  

 En el rodaje

Con Rafa Lara, director

 Yo ya la ví varias veces y puedo decir que hay muchas cosas que me han impresionado de ella.  Es una película de guerra - ya Rafa lo ha comentado varias veces, “el protagonista principal es la batalla” – y esa guerra se ve y se siente en toda su crudeza por medio de un manejo de cámara frenético, en mi percepción de lo más destacado de la película.  Esto junto con el magnífico y potente sonido, el score de guitarras eléctricas de Nacho Rettally y el diseño de producción y arte dan como resultado el que yo, que ya la he visto tres veces, tenga ganas de regresar a verla para repasar algunos momentos de particular brillo, como cuando, en el momento más climático de la batalla, se trenzan los dos ejércitos cuerpo a cuerpo en una especie de danza angulosa en medio de la lluvia……. y no les cuento de la escena en la que “Flor de mis labios” suena – con Juan Castañón en la guitarra magníficamente caracterizado como humilde soldado y una servidora como una de las mujeres que cuida y atiende a los soldados – intensa, cercana, a todo lo ancho de la gran pantalla del cine.

 Juan Castañón

Escena con Liz Gallardo, "Citlali", la progonista

Sincronización del audio en el estudio Zona de Intolerancia con Gerry Rosado y Rafa Lara


Así que vayan al cine, coméntenla, digan lo que les gustó y lo que no les gustó, todo es válido, y algo más que es válido es que se siga haciendo cine mexicano y que la música hecha en México viaje por el universo multisensorial que es el cine!!!

Para animarlos aquí les dejo un regalito (apúrense, porque es por tiempo limitado!!):  http://cincodemayolapelicula.com/temaprincipal.html

miércoles, 17 de abril de 2013

Una visita... inesperada

Aquí compartiéndoles algo de mis FIESTAS PRIVADAS:

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Llegó una mañana,
tocó el timbre y entró.
Desnudó mi cuarto
de un vistazo,
cambió las almohadas
de lugar.

Llegó una mañana,
yo no lo esperaba; 
entró sin preguntar,
ni responder
a mi mirada. 
La lluvia escurría
desde su sombrero.

Reímos juntos
del detalle
de los pájaros
y los gatos
frente al televisor. 
Luego dormimos
hasta la tarde,
cuando el granizo
nos tocó la piel.



martes, 2 de abril de 2013

Una pequeña galeria

Una pequeña galería de dibujos hechos durante las sesiones de grabación de"Fiestas Privadas", mi más reciente disco, mientras mis compañeros grababan y yo escuchaba del otro lado del cristal, junto a Gerry Rosado, mi productor.... y mi mano y  mi mente viajaban por un canal paralelo.











martes, 19 de marzo de 2013

Reflejos

Mis diarios de viaje fotográficos rara vez incluyen fotos mías, más bien están llenos de los detalles, los colores, los personajes que no quiero olvidar.  
Pero sí me da por buscar mi reflejo en los vidrios, así como se ve al pasar, mezclado con el entorno, siluetas acuareleadas, a veces sólo sugeridas, parte del dibujo.

    Veracruz, Café de la Parroquia

                                          Azotea, Nueva Delhi, India 

miércoles, 13 de marzo de 2013

Tender puentes, dar y recibir

He escuchado varias veces el comentario acerca de que quienes nos paramos en el escenario estamos buscando cariño, atención. Si, supongo que tiene bastante de cierto; ya lo dice - y lo dice muy bien - Peter Gabriel: “we love to be loved”. Pero el hecho escénico es bastante más complejo, de hecho toma tiempo adquirir consciencia de la dimensión de esa complejidad, de lo mucho que va y viene.  Yo personalmente he aprendido que el pararme en un escenario a hacer música, a cantar, me ha fortalecido y me ha hecho conocerme a mí misma más y mejor que cualquier terapia; que cada vez soy más capaz de escarbar dentro de mi misma para poder entregar a quienes están del otro lado algo que valga la pena recibir.  Es ahí arriba donde nos fortalecemos lo suficiente para podernos abrir y mostrar nuestro lado frágil, fuerza y fragilidad al mismo tiempo, reímos para poder llorar.  Damos y recibimos. 
Y para eso debemos poder confiar.
Nos lanzamos sin red porque confiamos en la generosidad de quienes están del otro lado.  Extendemos la mano esperando que alguien la tome.  Y muchos la toman, muchos escuchan y reciben, agradecidos al igual que nosotros.

Todo esto viene a cuento porque acabo de ver el video de la conmovedora plática de Amanda Palmer (cantante, pianista, compositora de Dresden Dolls, Evelyn Evelyn, Grand Theft Orchestra…) en uno de los eventos TED (Technology Entertainmente Design).  Ella habla de permitir que el público dé al artista – aplausos, cariño, comida, una cama, dinero….en un intercambio, un puente permanente de generosidad de ambas partes. Algo que muchas veces los artistas tenemos vergüenza de hacer y que puede ser absolutamente natural y correcto.  Y viene particularmente a cuento en estos tiempos de nuevas realidades en la circulación de la música, de la creación artística en general.  Yo puedo decir que prefiero toda la vida que mi música circule de mano en mano de quienes van y me escuchan, quienes reciben mi música en los foros de conciertos y me dan un abrazo agradecido al final….a encontrármela pirateada en los portales de venta digital. 

Es definitivamente el momento de  ensanchar los puentes entre nosotros y ustedes, el público que hace que existamos y podamos crecer.  Esos puentes están trazados, hay sólo que cruzarlos.


jueves, 28 de febrero de 2013

Sobre iTunes y yo II

Después de mi escrito del día de ayer, va aquí un complemento:  los links a mi discografía COMPLETA Y AUTORIZADA en iTunes.


https://itunes.apple.com/mx/artist/jaramar/id131241237?albumPage=2#albumPage  (este es un sencillo, “La Llorona”, una de las canciones mas solicitadas de mi compilación TRAVESÍA y que no aparece en ningún otro de mis discos)

Es importante hacerles notar que SOLAMENTE estos son los autorizados, es decir no-piratas.  Eso quiere decir también que todas las compilaciones con mi música y los muchos compilados de “Mexican Divas” en sus variantes de portada (unas realmente exóticas), título y contenido que me incluyan a mí son NO AUTORIZADOS POR MI O POR CUALQUIERA DE LAS CANTANTES INCLUIDAS.

Ahora, ¡que circule la información!

Mil gracias por leer, por escuchar, por apoyar, por estar presentes…..

Jaramar

www.jaramar.com.mx


miércoles, 27 de febrero de 2013

Sobre iTunes y yo

Hay una historia que quiero compartirles.
Hace algo más de un año, con la salida de mi disco FIESTAS PRIVADAS y el interés de mi equipo por iniciar su venta digital, nos metimos a explorar el status de mi música en iTunes y nos llevamos la gran sorpresa de encontrar una cantidad notable de ediciones piratas de mis discos puestas a la venta por proveedores desconocidos y misteriosos.  Yo no sabía que era posible que eso sucediera, pero por lo visto las plataformas de venta digital no requieren que al subir se demuestre que efectivamente se tienen los derechos sobre la música.  Después de un largo trámite con el departamento legal de iTunes, mi oficina de derechos, Control Freaks, logró bajar de iTunes a CASI todos esos piratas… para volver a encontrárnoslos ahora con nuevas versiones de mis discos, compilaciones sorprendentes y portadas bastante lamentables!! Iniciaremos nuevamente la acción legal, ahora de manera más enérgica, pero quiero compartir con ustedes mi sorpresa y preocupación porque se trata de una situación preocupante para la música independiente en general, siendo que somos nosotros mismos quienes solemos manejar la venta en ese tipo de plataformas y por lo tanto nos afecta que el público compre a piratas pensando que compra al artista.
En este link podrán ver cuales son los piratas – en las ediciones autorizadas aparece JARAMAR, DISCOS INTOLERANCIA o FONARTE LATINO como proveedor…. Y pueden encontrar TODAS mis producciones hasta la fecha.
Ayúdanos a protestar, corre la voz...

martes, 26 de febrero de 2013

Monterrey, hace 5 años


En diciembre de 2007 tuve 3 conciertos en el Forum Mundial de las Culturas que se llevó a cabo en el Parque Fundidora de Monterrey.  Esa era la primera - y única hasta ahora - vez que me presentaba con mi música en esa ciudad y mi grupo y yo estábamos muy emocionados.  Hace unos días, René Zúñiga, periodista de esa ciudad, me envió una nota al respecto que publicó en diversos medios y en Somosuno Radio.  La comparto aquí con ustedes porque me recuerda esa época, aquella alineación con la que viajé y trabajé mucho y el sonido de esos conciertos.

 
Jaramar, presencia escénica: como la mar en calma
René Zúñiga

 
La noche del miércoles, tal como fue programado, cruzamos las fastuosas instalaciones de Cintermex para acudir al centro de prensa del Forum Mundial de las Culturas en Monterrey. Ahí, la cercana clausura del evento se hace presente; área semidesmantelada, ningún material producido por la oficina de prensa para conocer el perfil de Jaramar, programa de mano o carteles.

Salí presuroso y en calma para hacer un recorrido por las impresionantes instalaciones de Fundidora que lucen mal maquilladas, semidesiertas, faltando solamente cuatro días para cerrar un capítulo altamente cuestionado, pero que, para un sector reducido de la sociedad regimontana, un evento de clase mundial que proyectó a la Sultana del Norte a todo el mundo, permitiendo que en breve, sea considerada la capital cultural del noreste de México.

Llegué al espacio quince: Los Latidos del Mundo, a lo lejos, se escuchan las indicaciones de los músicos que afinan instrumentos y equilibran las bocinas que tendrían el privilegio de arropar la voz de una cantante que tiene una espectacular trayectoria dentro de la música. La oscuridad genera un ambiente inusual, sentado en una banca, estimo que estaré a la espera de que inicie el concierto aproximadamente cuarenta minutos, no importa, me contesto en precario dialogo interno y realizo los primeros apuntes sobre el ambiente, instalaciones y soledad de un evento catalogado por sus organizadores como “una ventana al mundo “.

Camino de la banca a la entrada del Foro Latidos del Mundo unos veinticinco metros y me encuentro con un afable septuagenario que espera pacientemente y después, de unas buenas noches amables de su parte, contesto la gentileza y pregunto: ¿ Como se enteró del concierto ? -- vengo todos los días, asevera con orgullo, ayer vine y me gustó la cantante, además de que prometió cantar canciones diferentes en el concierto de hoy y de mañana; porqué sabrá que estará también el jueves 6 y, por supuesto, que vendré de nueva cuenta--.

¿ Como es que viene todos los días, pregunto con asombro ?  – Ah, es que soy jubilado y vivo aquí muy cerca, en la colonia Terminal y tengo la oportunidad de ver espectáculos gratuitos muy buenos, además sin costo, entonces hay que aprovechar, porqué imagínese ¿cuando volveré a ver algo así? y se contesta: yo creo que ya nunca, lo podrán ver los jóvenes, yo ya no –; para callar y fijar su mirada en la nada y el silencio sella la complicidad involuntaria por el disfrute por la vida.

Las luces que bailotean como con vida y voluntad propia, anuncian el inicio de una noche inolvidable. Aparecen los músicos: bajo, guitarra y batería, lentamente, apaciblemente aparece Jaramar Soto, para recibir un aplauso de reconocimiento y se escuchan los primeros acordes de la primera de quince interpretaciones que fueron ejecutadas magistralmente a lo largo del espectáculo, por músicos que evidenciaron virtuosismo, siendo los más festejados Diego Escobar, en la batería y Nathalie Braux en el sax y el clarinete. El resto del grupo: Luis Javier Ochoa en la guitarra y Luis Eduardo Ochoa en el bajo y coros, presentados todos por Jaramar.

En el ambiente estuvieron Agustín Lara, Nezahualcóyotl. La enorme poeta Enriqueta Ochoa, Sabines, el divo de la poesía de masas; y el extraordinario compositor Alfonso Esparza Oteo, quien tuvo entre sus talentosos maestros a Manuel M. Ponce, gloria de la música mexicana. Así,  con un repertorio de la tradición oral del pueblo mexicano, escuchamos música de Guerrero, Michoacán, Veracruz y Oaxaca que ornamentaron el hermoso espectáculo tutelado por Jaramar y su potente, cálida y dulce voz; que logró crear un ambiente de intimidad, entre espectadores que cantaban o tarareaban los temas y vitorearon el arte de la intérprete. Ella con movimientos estéticos,  naturales con sus manos y su cuerpo que ondulante daban vida escénica a los textos y la música.
Es, sin duda, un espectáculo de gran valía, donde se conjuga la música tradicional mexicana y surgen nostálgicos los sonidos de la música de otros lugares y tiempos, para crear una atmósfera mágica que nos permite transitar en la intimidad de la reflexión por lo estético.

Jaramar por primera vez en Monterrey, los aplausos, vivas, y la clásica: ¡ otra, otra, otra, ! anunciaron un final, donde la voz de Jaramar cubrió a una ciudad que esperará a que pronto el ritual de la esperanza se repita. 



martes, 19 de febrero de 2013

De encuentros cercanos

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Hoy asistí en el auditorio del Museo Universitario del Chopo a un evento de privilegio: una conversación con Nick Cave. Es decir, un encuentro  cercano – up close and personal – con un personaje legendario al que ví por primera vez en su aparición en “Las alas del deseo” de Wim Wenders, en esa escena del concierto que justo antecede al momento en que los protagonistas finalmente se encuentran físicamente.

Nick Cave.... debo decir que, aunque poseo varios de sus discos, nunca he sido gran conocedora de su música, pero su voz y sus canciones, sus textos, su curiosidad multidisciplinaria que lo hacen vaciar su capacidad creadora en varias direcciones, en particular hacia esa otra disciplina que también me apasiona, el cine, hacían que me resultara muy emocionante la posibilidad de escucharlo hablar…..de lo que fuera.
Y habló, de una manera sencilla y libre de arrogancia, de ese espacio de incertidumbre que suele acompañar cualquier intento de creación, de su forma periférica de encontrar cómo decir las cosas en una canción.
De Frederick Seidel, su poeta favorito en estos tiempos.
Y de “Lawless”, de “Días de gracia”….y de la vida.
Y fue emocionante.
Y reconfortante.


Así como también lo fue escuchar hablar hace meses a Santiago Auserón sobre la importancia de las palabras y la poesía y la lírica en las canciones.
Eso también fue emocionante y reconfortante.

En un rato más escucharé y veré a Nick Cave en el escenario acompañado de sus Bad Seeds y seguramente también será emocionante y reconfortante.


Un magnífico cierre para un fin de semana que empezó con nuestro concierto en Ciudad Juárez, el mejor hasta la fecha con la presente alineación de mi banda – en palabras del Sr. Carlos Sánchez Vilches, nuestro contrabajista.