miércoles, 16 de julio de 2014

CAÍDA LIBRE, el primer disco


Grabar un disco ha sido para mí, desde la primera vez, de esos acontecimientos que cambian el color de lo que vendrá después.  Hablo por supuesto de los proyectos personales, de esos que son cercanos a mi corazón, por los que estoy más que dispuesta a correr riesgos y abrir nuevas puertas y ventanas. Estos días me estoy preparando nuevamente para entrar al estudio a grabar un disco.


El estudio será Zona de Intolerancia, ese espacio ya bien conocido en el que han tomado forma final todas mis producciones desde el 2008, el año de Diluvio, en esa casa de la calle de Tula en la defeña colonia Condesa, centro neurálgico de Intolerancia, el sello que ha cobijado todas mis producciones desde entonces.  Y sucederá nuevamente de la mano de Gerry Rosado, mi querido productor, cómplice y amigo, quien cada vez que hemos construido juntos un nuevo proyecto discográfico me ha alentado a ser mejor de lo que yo pensaba que era capaz, a llegar a un espacio en el que no había estado antes. 



Hasta ahora, cada vez que he llegado a ese estudio ha sido con una alineación y un sonido diferentes.  Esta vez toca el turno al proyecto minimal que Eliud Ernandes (contrabajo), Alejandro Alfaro (guitarra eléctrica) y yo (voz) hemos bautizado como CAÍDA LIBRE y nuestra misión será traer al estudio la energía, la intimidad y la conversación musical intensa que se dan cada vez que nos paramos en el escenario.  El reto será pues buscar un sonido cercano e intensamente emotivo, para lo cual grabaremos los tres juntos tratando de que cada toma nos permita descubrir una nueva versión de las canciones, para al final escoger aquellas que mejor representan la esencia de Caída Libre.



Caída Libre nació primero de una necesidad personal mía de cantar un repertorio que conocía desde niña, que me gusta muchísimo pero que también respeto muchísimo.... y que considero una fantástica escuela: los standards de jazz.  Me tomó tiempo atreverme a subir al escenario para cantar temas clásicos de los cuales existen grandes versiones por enormes artistas.  Cuando finalmente me atreví, tuve la suerte de encontrar a los dos cómplices ideales para la aventura, dos solamente, porque desde un inicio la idea fue hacer de esta una aventura con un mínimo de participantes para magnificar la posibilidad de conversar.  Y también de estar expuestos, sin una base rítmica sosteniéndonos, con la libertad de manejar la música como plastilina, estirándola, manipulándola, haciéndola sutil y leve, o poderosa. Con sólo tres colores: voz, guitarra y contrabajo.



Y claro que estamos muy emocionados, contentos y nerviosos, pero listos para entrar este martes 22 de julio al estudio de la calle de Tula y sumergirnos en ese proceso transformador que es grabar un disco.  Transformador y abrumador, porque personalmente, el reto de cantar buscando nuevos caminos para mi voz es siempre arduo:  tratar de que mi voz sea nueva, pero la misma en esencia, y al mismo tiempo real, honesta, que hable diciendo cosas verdaderas.  Nunca de más, nunca de menos;  arduo, pero necesario.  
Y como decía, emocionante y abrumador.

Sobre todo, necesario.



Finalmente le llegó el momento a CAÍDA LIBRE, pronto podrán llevarnos a su casa para escucharnos todas las veces que quieran, pronto también nuevos oídos nos descubrirán.

¿Están listos?