martes, 19 de marzo de 2013

Reflejos

Mis diarios de viaje fotográficos rara vez incluyen fotos mías, más bien están llenos de los detalles, los colores, los personajes que no quiero olvidar.  
Pero sí me da por buscar mi reflejo en los vidrios, así como se ve al pasar, mezclado con el entorno, siluetas acuareleadas, a veces sólo sugeridas, parte del dibujo.

    Veracruz, Café de la Parroquia

                                          Azotea, Nueva Delhi, India 

miércoles, 13 de marzo de 2013

Tender puentes, dar y recibir

He escuchado varias veces el comentario acerca de que quienes nos paramos en el escenario estamos buscando cariño, atención. Si, supongo que tiene bastante de cierto; ya lo dice - y lo dice muy bien - Peter Gabriel: “we love to be loved”. Pero el hecho escénico es bastante más complejo, de hecho toma tiempo adquirir consciencia de la dimensión de esa complejidad, de lo mucho que va y viene.  Yo personalmente he aprendido que el pararme en un escenario a hacer música, a cantar, me ha fortalecido y me ha hecho conocerme a mí misma más y mejor que cualquier terapia; que cada vez soy más capaz de escarbar dentro de mi misma para poder entregar a quienes están del otro lado algo que valga la pena recibir.  Es ahí arriba donde nos fortalecemos lo suficiente para podernos abrir y mostrar nuestro lado frágil, fuerza y fragilidad al mismo tiempo, reímos para poder llorar.  Damos y recibimos. 
Y para eso debemos poder confiar.
Nos lanzamos sin red porque confiamos en la generosidad de quienes están del otro lado.  Extendemos la mano esperando que alguien la tome.  Y muchos la toman, muchos escuchan y reciben, agradecidos al igual que nosotros.

Todo esto viene a cuento porque acabo de ver el video de la conmovedora plática de Amanda Palmer (cantante, pianista, compositora de Dresden Dolls, Evelyn Evelyn, Grand Theft Orchestra…) en uno de los eventos TED (Technology Entertainmente Design).  Ella habla de permitir que el público dé al artista – aplausos, cariño, comida, una cama, dinero….en un intercambio, un puente permanente de generosidad de ambas partes. Algo que muchas veces los artistas tenemos vergüenza de hacer y que puede ser absolutamente natural y correcto.  Y viene particularmente a cuento en estos tiempos de nuevas realidades en la circulación de la música, de la creación artística en general.  Yo puedo decir que prefiero toda la vida que mi música circule de mano en mano de quienes van y me escuchan, quienes reciben mi música en los foros de conciertos y me dan un abrazo agradecido al final….a encontrármela pirateada en los portales de venta digital. 

Es definitivamente el momento de  ensanchar los puentes entre nosotros y ustedes, el público que hace que existamos y podamos crecer.  Esos puentes están trazados, hay sólo que cruzarlos.